Cantémosle a Cienfuegos en su 204 aniversario

Con motivo del aniversario 204 de la fundación de la colonia Fernandina de Jagua, actual ciudad de Cienfuegos,  deseamos compartir estos apuntes sobre un poema cargado de amor por la ciudad y la cultura que vive en ella. Estas notas forman parte de un ensayo que recién ha salido a la luz, que aborda la inserción en las creaciones literarias de uno los atributos urbanos perlasureños: el árbol jagua.

Expondremos aquí, con gran regocijo, la obra de María Rosa Martínez, “Un canto a Cienfuegos” (2016), acompañada de unas notas que pensamos ayuden a ensalzar esta muy apreciada producción literaria.

Poco menos de una centuria después de la publicación de la Leyenda de Jagua sale a la luz esta creación desde el mismo territorio. ¡Casi un siglo de sequía poética para el árbol por cultores de esta tierra! María Rosa salva la honra con esta composición; la única publicada que conocemos desde tanto y la última hasta este momento.

La obra está formada por cuatro espinelas, y presenta de una hermosa manera a Cienfuegos, más allá de los límites de la villa decimonónica.

La primera décima aborda el surgimiento y posterior establecimiento de la colonia; i) surgimiento: “hombres de una raza buena/ te bautizaron mujer” es una clara referencia a la leyenda de Jagua, pieza central en el credo de los pobladores originarios de la región, y que recoge la génesis de la madre de las primeras mujeres, Jagua; surgida ante Caunao, recordemos, de los frutos del árbol homónimo con la complicidad de la diosa de la noche, Maroya, la luna. ii) colonización: comarca dada “a querer de españoles y franceses”, devenida en próspera colonia que consiguió superar eventos adversos desde los mismos inicios, como las terribles epidemias, huracanes y la desconexión con las principales villas ya establecidas.

La segunda estrofa la percibimos como un manifiesto sobre el mestizaje que compone la etnicidad asociada al desarrollo de Jagua. Así, “los pies descalzos” en alusión al aborigen, se imbricaron “al son de la caña y el café”, metáfora al blanco de la azúcar, el español y el francés, y a la negrura de la infusión, el africano. Esos elementos “hicieron crear deprisa/ montañas de identidad” en un desarrollo vertiginoso como el alcanzado en Jagua, sustentado en la industria azucarera, la agricultura y el comercio marítimo; de ahí provienen “(…) las mieles que endulzaron/ la pulpa de tu sonrisa,” representando en el líquido ambarino, cualidades pardas, obscuras y salvajes del aborigen y el africano; y a la coloración de la tez del europeo en la “pulpa de tu sonrisa” que alude a la blanca dentadura. Hasta que la libertad definitiva se impusiera desde una integración “mestiza”, para lo inclusivo, lo diverso; en fin, lo mezclado.

La espinela tercera reafirma la conformación del actual territorio, con sus ocho municipios, y sus consecuentes poblaciones de descendientes de Jagua de espíritu emprendedor, prestos a mantener vivas sus raíces y tradiciones año tras año, devenida en cienfuegueridad. En esta estrofa aparecen dos conceptos interesantes: “hombre-río” y “mujer-mar”, los que nos hace pensar; el primero en la imagen fálica dada en el curso bajo de un río que desagua en la vastedad del mar; y en el segundo caso, la mar como relación de la fecundidad, la diversidad, la plenitud y el misterio, todos inherentes a lo más cantado siempre: la mujer.

La última décima completa la definición de lo que se ha convertido esta región, distinguida y reconocida como: i) Jagua, en el concepto simbólico “árbol-ciudad”, ii) La perla del sur, en “perla marina”, y iii) la linda ciudad del mar en “beldad”; tres denominaciones populares que desde la geografía cubana identificarían claramente a “(…) esta tierra hecha flor:/ Ayer Jagua y hoy Cienfuegos”

Un canto a Cienfuegos[1]

Cuando te vieron nacer,
de un parto sobre la arena,
hombres de una raza buena
te bautizaron mujer.
Tú que te diste a querer
de españoles y franceses,
quedaste como los peces
presa en las redes sin agua
y te convertiste en Jagua
para espantar los reveses.

Tus pies descalzos bailaron
al son de caña y café
y regalaste tu fe
a todos los que te amaron;
Con las mieles endulzaron
la pulpa de tu sonrisa,
te hicieron crecer deprisa
montañas de identidad
y alcanzó su libertad
tu generación mestiza.

Ocho trenzas te tejieron
para adornar la cabeza,
pero no es solo belleza
lo que exhibes; se crecieron
los hijos que te nacieron
con el afán de escalar:
Hombre -río, mujer -mar
tras el sacrificio tuyo
y te han llenado de orgullo
cada año al celebrar.

Mucho se cuenta de ti:
que hoy eres árbol-ciudad,
perla marina, beldad
y no se encuentra otra así.
Yo te admiro desde aquí,
donde las voces son ruegos,
sin acertijos ni juegos
de palabras, solo amor
por esta tierra hecha flor:
Ayer Jagua y hoy Cienfuegos.

[1] Martínez Trujillo, María Rosa. Revista Honda. No. 48 (2016) pp.35. Consulta digital en: https://martianoscuba.wordpress.com/revista-honda/

¡Felicidades cienfueguero, ama a tu ciudad!

 

Acerca del autor:

7 comentarios en “Cantémosle a Cienfuegos en su 204 aniversario”

  1. Lucía Ramírez

    Harlem, gracias por la frescura de tus palabras convertidas en análisis de un poema que nos identifica como cienfuegueros, gracias a María Rosa por sentir su tierra desde el mismo instante que se funda. Felicidades por la defensa de nuestra identidad como Ciudad nacida a la orilla de un Jagua.
    Gracias por tu verde amor símbolo de la esperanza de que una mejor Ciudad sí es posible para preservar nuestro planeta.

  2. María Rosa Martínez Trujillo

    Muchas gracias Harlem. Ha sido una sorpresa para mí este trabajo suyo. La SCJM y en particular Lucía Ramírez me dieron la posibilidad de publicar en la revista Honda este canto a Cienfuegos y hoy lo veo así tal y como lo concebí. La Jagua es madre de los cienfuegueros nacidos o criados en esta tierra verdeazul.

  3. Gracias Harlem por hacernos descubrir a través de tu magnifica crítica tan bello poema. Gracias a ambas poéticas plumas por esta alegoría a nuestra exquisita ciudad. Cienfuegos la perla del mar, Cienfuegos la ciudad que mas me gusta a mi. Cienfuegos mi identidad. 🥰

  4. Eloy Viera Moreno

    Hace unos días, escuché a un directivo de la asociación de los artesanos en Cienfuegos decir que no habían logrado aún una obra que se distinguiera por ser intrínsecamente cienfueguera. Me parece, para inspirarse, debían regresar a este fresco y evocador trabajo de Harlem, al cual agradezco, pues lo disfruté no para promover en mi el amor a Cienfuegos, sino porque, siendo foráneo, la llevo en mi corazón.

  5. Harlem Eupierre

    Muchas gracias a todos por visitar el sitio de Cienfuegos Verde y leer este, el más reciente de sus artículos, y por sus cálidos y elogiosos mensajes.
    Particular gratitud a la propia autora de la obra que presentamos, María Rosa Martínez Trujillo, por la humildad y ternura en su comentario; ¡Todo el mérito es suyo, ondina jagüense!

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