Por: Harlem Eupierre Padilla
23 Jun 2020 a las 15:16
Gran parte del territorio de la actual provincia de Cienfuegos exhibía hasta hace menos de dos siglos uno de los últimos relictos de las selvas tropicales de las llanuras de nuestro país. De tal exuberancia quedan en la memoria colectiva, el sinnúmero de referencias al respecto de viajeros y residentes, el soberbio porte que ostentó la famosa Caoba de Bouyon, cuyo tronco midió 3,2 m de diámetro[1].; o la presencia de alguna venerada Ceiba aquí o allá, mostrando sus troncos limpios de ramas hasta alturas de asombro; indicador del bosque en que ella sobresalía. Sin embargo, primero la ganadería y la agricultura (sobre todo cañera), y, después, los asentamientos; terminaron menguando el verde. Hoy, Cienfuegos es la provincia con menor cubierta forestal[2] del país: 18,0%.
No solo eso, con la pérdida de los bosques se fue desvirtuando la percepción de nosotros sobre la necesaria presencia de ellos, al punto que no hemos hecho suficiente por restaurarlos y, lo peor, es que seguimos degradando los que quedan, no ya tanto con el hacha insaciable, sino con otros árboles, en este caso invasores; cuyo impacto no está del todo dilucidado.
Al formular nuestra propuesta como Grupo, creemos en el papel positivo que pueden jugar las formas de organización social paralelas a las entidades gubernamentales establecidas. Se trata de complementarse y nutrirse con las experiencias adquiridas. Cienfuegos Verde estaría trabajando en ciertos espacios y sectores que, a otras instituciones le resultan engorroso lidiar, dada la orientación de sus recursos y empeño hacia problemáticas de mayor impacto social, ambiental, político y económico.
Creemos, además, que en nuestra provincia no existe otra organización similar a Cienfuegos Verde, tanto en sus metas específicas como en su metodología para lograrlas.
La principal motivación que nos alienta es la convicción en la capacidad de los seres humanos de comprometerse con causas justas y necesarias. Y nosotros, los cienfuegueros, hemos sido ejemplo para el país a lo largo de nuestra historia, en cuanto a ser emprendedores y consecuentes con el desarrollo local.
Dejamos pues a vuestra consideración nuestra propuesta; la que consideramos acicate en la aspiración a que Cienfuegos cuente con ciudadanos más conscientes, participativos y comprometidos con la divisa: Fides, labor et Unio.
[1] Para mayor referencia pueden consultarse: La Gran Caoba de Jagua, I Vivanco. p. 149-154. En: La Siempreviva. Tomo 1. La Habana, Cuba. Editorial Imprenta del Gobierno y Capitanía General. 1838. Pp. Naturaleza y Civilización de la Grandiosa Isla de Cuba. Miguel Rodríguez Ferrer. Pp. 704-705. Editorial Imprenta de Noguera. Madrid, España. 1876. Pp. 942.
[2] Panorama Ambiental. Cuba 2018. Publicado por el Centro de Gestión de la Información Económica, medioambiental y Social, de la Oficina Nacional de Estadística e Información de la República de Cuba, en Enero de 2019. Esta fuente, a la sazón, es la publicación oficial más actualizada hasta este momento. Consulta, junio 23 de 2020, en Linea: http://www.onei.gob.cu/node/14196
Nota: Este trabajo es una producción original de Cienfuegos Verde.
Acerca del autor:
Dasónomo, Máster en Agroecología y Agricultura Sostenible. Graduado en la Universidad de Pinar del Río, Cuba. Ha hecho publicaciones sobre los árboles en revistas y periódicos locales.