Desde 1977, cada 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente. En la fecha tienen lugar de manera simultánea, y en diferentes puntos del orbe, numerosas actividades para incentivar el cuidado de todo lo que nos rodea, en función de un planeta saludable. Sin duda, la plantación de árboles es una de las acciones que ha logrado un mayor protagonismo dentro de la jornada. Atentos a la ocasión, el conocido grupo de entusiastas Cienfuegos Verde se unió a la celebración con la plantación de la segunda jagua en la Casona de Toqui.
La acogida de Ana, su anfitriona, colocó todo en perspectiva, y una vez más, con naturalidad e inspiración, entregó sus reflexiones: “Nosotros somos responsables de la vida que se nos dio, y si no cuidamos la vida no somos nada, ¿para qué estamos aquí? Si no interactuamos, si no somos parte de ella junto con las plantas, el resto de los animales, el sol, el agua, las piedras, no somos nada”. [1] Así daba la bienvenida el propio día 5 de junio a los niños Fabián y Fabiana; a Yaima, Yordenis, Michel, Malcolm y Luis Carnot, quienes en representación del colectivo completaron la plantación del árbol.
Previamente, habían estudiado la peculiaridad del lugar donde se abriría el hoyo, debido al interés comunicado por Ana de plantar la jagua lo más cerca posible del mar. Fue seleccionado a la derecha de la entrada principal de la casa, y a solo 18 metros del muro en que contienden las aguas de la bahía: el sitio justo pensado por ella desde su balcón, donde puede ver el mar como espejo de atardeceres y luces de la ciudad.
Las empatías se potencian cuando la buena voluntad es lo que reúne a las personas, y no es raro que en momentos como esos también surjan versos. He aquí los que Ana dedicara ese día al árbol de jagua y al grupo Cienfuegos Verde, como testimonio del trabajo y la preocupación que los une:
Riqueza, mina, manantial, fuente y principio…Todo esto significa la palabra Jagua. Todo eso es el nombre de aquella mujer que nació cuando un rayo de luz de luna cayó sobre los frutos maduros y agridulces que recolectaba Caunao.
Y así fue y así será…porque las Jaguas seguirán siendo el principio, la fuente, el manantial y la mina que al multiplicarse una y mil veces, harán más rico nuestro suelo y harán fructificar eternamente nuestros sueños.
Y en las manos llenas de luz y amor de las mujeres y los hombres de Cienfuegos Verde está seguro este presente y ese futuro”. [2]
Aunque muchos de nosotros solemos repetir la frase “nunca segundas partes fueron buenas”, para mostrarnos insatisfechos con sagas fílmicas o literarias, pocos conocemos el origen de la expresión. Este debe atribuírsele, al menos en la palabra escrita, a Miguel de Cervantes Saavedra, cuando en el capítulo IV de la segunda parte de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, la pone en boca del bachiller Sansón Carrasco, pero con un sentido paródico. [3] Más claramente dicho: ¿quién dijo que segundas partes nunca fueron buenas? Espejo de Luz es el árbol de jagua más cercano al mar, el segundo que recibe Ana en la Casona de Toqui y el octavo que dona y ayuda a plantar el colectivo de Cienfuegos Verde.
Referencias:
[1] Un mensaje ambientalista de la creadora del personaje Toqui. https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=1230945760696444&id=100013430959245
[2] https://www.cienfuegosverde.org/testimonium/
[3] https://www.google.com/amp/s/blogs.20minutos.es/yaestaellistoquetodolosabe/de-donde-surge-la-conocida-expresion-nunca-segundas-partes-fueron-buenas/amp/
Acerca del autor:
Licenciada en Historia y Master en Estudios Históricos y de Antropología Sociocultural Cubana. En los últimos años se ha dedicado al periodismo digital sobre temáticas diversas.
Excelente, sigue creciendo el verde en Cienfuegos.