Por: Jorge Verdecia Noguera
Esta no es una valoración crítica del arte de Vladimir en parte de su Serie Como si fuera una guitarra, compuesto de 61 piezas confeccionadas en dibujo y grabados en punta seca y metal; es la percepción de un lego sobre el protagonista en esta selección: la palma real.
La palma regia es para el artista visual Vladimir Rodríguez la imagen central de su discurso sobre la representación de la nacionalidad cubana. Y esta es una manifestación que se ha mantenido invariable en la plástica cubana y en la literatura criolla.
La Palma Real es un símbolo de la nación. Y esto lo atañe tanto desde lo oficial como desde lo popular; desde los más iluminados hasta nosotros, los cubanos corrientes. Es que ese árbol habita naturalmente en todo lo largo y ancho de la isla grande, basta una mirada en derredor y con seguridad veremos emergiendo esos elegantes penachos blandiendo una hoja envuelta suerte de espada. Pero también comparte autenticidad en el sur floridano, donde muchos cubanos han elegido residir y encuentran en el símbolo alivio a sus añoranzas.
Por otro lado, está lo utilitario dada la amplísima variedad de usos que provee este vegetal y su simpar majestuosidad en el ornato verde de ciudades y pueblos allende y aquende de los mares.
Es así como estas palmas de Vladimir nos provocan una mirada personal y colectiva de lo que es ser cubano. La invitación está hecha para acudir al encuentro en el palmar. Adelante…bienvenida, bienvenido.
[1] Del texto de la canción El Mayor, del cantautor cubano Silvio Rodríguez.
Hermosas las obras plásticas adjuntadas, pero me gustaría resaltar una de ellas:
“porque cada palabra tiene historia”, una imagen del Apóstol en una posición muy parecida a la fotografía tomada en Kingston, Jamaica, en el año 1892 (que es bien famosa por ser una de las pocas de cuerpo entero del héroe) y que tiene por sombra una palma real. ¡No existe mejor forma de representar a Martí, cuánto simbolismo!
Fabulosas las obras compartidas del artista Vladimir. 👏👏👏