Por: Ángel Enrique Melians
En la húmeda mañana del 30 de octubre, entusiastas del grupo Cienfuegos Verde, como parte del proyecto “Una jagua para Jagua”, plantaron el árbol número 13 en el parque de la Aduana. Fue un deseo anhelado y cumplido gracias al apoyo de la filial cienfueguera de la Sociedad Cultural José Martí (SCJM). Y es que, como bien se recordó aquella mañana, “honrar honra”.
Allí estuvieron presentes Raúl Rodríguez Rodríguez, presidente de la SCJM en Cienfuegos; Ibys Espinoza Requesens, vicepresidenta; Judith Martín, secretaria ejecutiva y una representación de varios clubes martianos, quienes acogieron con entusiasmo el árbol que hizo su entrada por la Avenida La Mar. Estuvieron por Cienfuegos Verde Yordenis González Peña, Luis Ernesto Carnot, Yaima González Hernández y Ángel Enrique Melians.
No fue la intermitencia de la lluvia un obstáculo para que Luis Ernesto, Malcom Eupierre y Yordenis, dos días antes la plantación, abriesen el hoyo. Ellos no conciben mejor premio que ver el trabajo bien hecho. Quiso la fortuna que la quietud arqueológica de Luis Ernesto descubriese, en lo profundo de la tierra, un tintero antiguo. ¿De algún funcionario de la aduana? ¿De los trabajadores del Rincón Martiano construido por los Rotarios?
Bajo la sombra de ocujes y palmas reales, Ibys explicó a los presentes los varios motivos a los que está dedicada la jagua: el aniversario de la SCJM el 20 de octubre de 1995 y el día de la cultura nacional; la primera carga al machete; el aniversario de haberse aprobado la Constitución de La Yaya y el alzamiento de Las Clavellinas en Camagüey, entre otras fechas de connotación patriótica.
Este árbol de jagua es otro de los plantados por el grupo a pocos metros del mar. Fue cerca de esta parte del litoral donde el joven Julio Antonio Mella dejó Cuba clandestinamente rumbo a México y poco después sería asesinado en ese país por esbirros de la tiranía machadista. Aquí donde un cubano partió hacia la muerte crece un faro de vida, y como se ha vuelto usual el grupo Cienfuegos Verde pidió a los presentes dar el nombre simbólico de «Julio» a este árbol en honor a Mella, propuesta del joven martiano Malcolm Eupierre.
Luego, Yordenis les contó sobre el proyecto “Una jagua para Jagua”, cómo había nacido, cómo había sido plantado el primer árbol de jagua y cuánto aún queda por hacer.
Varios meses hubo de esperar esta juvenil jagua para encontrar su lecho definitivo, pero al fin enraizará con todos los cuidados, en el suelo fértil de uno de los parques más hermosos de la ciudad, frente a un inmueble representativo por su tipología en la isla, y en el remanso de estos martianos que sabrán cuidar de ella como un tesoro preciado.
Acerca del autor:

Escritor y licenciado en Historia. Universidad de Cienfuegos «Carlos Rafael Rodríguez»
Reciban todos el reconocimiento del pueblo cienfueguero, al que ofrecen una obra que encierra mucho amor, un árbol, sin lugar a dudas, es una hermosa manera de mostrar respeto por la vida.
Excelente.